Las URL acortadas son muy útiles porque reducen una dirección web kilométrica (que las hay, y bien largas) a unos pocos caracteres lo que las hace mucho más manejables, e idóneas por ejemplo para servicios de microblogging como Twitter. Sin embargo pueden suponer un problema para la seguridad ya que enmascaran por completo la web a la que apuntan, y por esta razón son también aprovechadas por los ciberdelincuentes en sus estafas. Así, un enlace que nos promete algo interesante puede acabar llevándonos a una página infectada o fraudulenta. Normalmente cuando apoyamos el cursor sobre un enlace podemos ver en la barra de estado la dirección a la que enlaza, pero si solo vemos una URL acortada y nos resulta sospechosa podemos saber qué se esconde tras esa dirección antes de pinchar en ella utilizando un servicio denominado LongURL. |
Vía: Zoom Red
Gracias por la difusión y el enlace, Santiago. Un saludo!
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